La braña de Campizos está apenas a media hora de Castru, en el antiguo camino Real que unía la Pola de Somiedo, y el puerto, con Belmonte, salvando las angosturas de la zona de La Malva a más de un centenar de metros por encima del río.
Es una braña ganada a pulso a la montaña creando los pastizales en terrazas, desarraigando las encinas, formando lindes con ablanos (avellanos). Hace años también tenía cultivos, después sólo pastos (y los que quedaban por encima de la braña fueron poco a poco abandonados como atestigua la recolonización por encinas), y ahora unas pocas praderas bien cuidadas y atendidas todo el año por venados y rebecos.
Una solitaria cabana de teito y tres o cuatro cuadras es lo que queda en pie mientras se van desmoronando los muros que formaron los bancales.
Ahora es un encantador bosque de ablanos, que van esparciéndose más allá de los linderos, de las sebes, y van actuando como colonizadores.
Ahora, a finales de invierno, los ablanos están en flor, y los amentos masculinos colgantes adornan los árboles desnudos.
Es lógico el uso de avellanos, según la tradición en Somiedo ahuyentan a las víboras, y la ladera soleada de la braña es un buen lugar para los reptiles. Por supuesto los muchos otros usos de la madera de los avellanos son una explicación añadida: mangos, varas, paredes, etc.
Es una hermosa braña, con unas vistas espectaculares, y los avellanos la hacen aún más interesante cuando el resto de los árboles aún esperan la primavera.
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